Los servicios logísticos han de seguir las normas internacionales de gestión de calidad. Y no sólo eso, también en el trabajo diario para conseguir la satisfacción de sus clientes. La calidad ha pasado de ser un mero indicador de que el proceso funciona de forma correcta a definir la excelencia en cualquier empresa.
La calidad es un factor que define el modus operandi de una empresa. Comenzó a integrarse en el proceso productivo en 1987 en Estados Unidos, pero quien lo impulsó de manera definitiva fue Japón. Hasta que en 1994 se creó la norma ISO 9000 como parámetro para medir la calidad a las empresas dedicadas a la fabricación, no se uniformaron los procesos. Más tarde, la ISO se amplió a las empresas de servicios.
Para los expertos y directores de logística, aplicar la ISO 9000 en logística es muy importante para la producción de una empresa, ya que con ella se consigue la eficiencia y el mejor servicio.
Para que la logística sea de calidad, ha de cumplir los siguientes factores:
Para que el proceso sea exitoso, todas las partes que componen la cadena de suministro deben tener muy en cuenta estos indicadores, y todos deben trabajar en equipo. Y si no se es capaz de dar una respuesta eficiente al cliente (por falta de capacidad, recursos o medios) siempre es mejor subcontratar servicios.